miércoles, 23 de julio de 2014

Proyecto de intervención en promoción de salud escolar. Trabajo fase III



Proyecto de intervención en promoción de salud escolar

Esta propuesta surge ante las demandas de intervención  del Equipo de Orientación Educativa (EOE) de la zona, en menores entre 10 y 12 años que presentan comportamientos altamente sexualizados así como el  aumento en el número de niños y niñas con sobrepeso, lo que en algunos casos, les plantea conflictos de adaptación en sus relaciones sociales y en el ámbito académico y por último la tendencia mayoritaria a la utilización de dispositivos electrónicos en los momentos de recreo, en detrimento de otro tipo de ocio activo e interacción social.

Planteamos una intervención desde la perspectiva de promoción de la salud entendiendo como tal el proceso de capacitación de las personas para aumentar el control sobre su propia salud y mejorarla.

 Partimos de la base  de que Salud y Educación no constituyen dos conceptos separados, sino que se relacionan mutuamente y no pueden ser desvinculados. Se trata de combinar conocimientos, aptitudes, actitudes y usar esa fuerza para modelar la vida propia y contribuir a hacerlo con la de los demás. Es en este punto donde cabe resaltar la importancia de la escuela (además de la familia) como el espacio de socialización y aprendizaje, donde se transmiten conocimientos, creencias, valores y hábitos que conducen a hábitos saludables optimizando la calidad de vida tanto de los alumnos como la de los demás integrantes de la comunidad educativa o del contexto próximo con el que se relaciona la institución escolar. La escuela a través del diálogo, fomentado por los educadores y entre iguales, privilegia la transmisión de contenidos conjuntamente con el aprendizaje de estrategias para la resolución de problemas afirmando el juicio crítico y la creatividad, el reconocimiento de los derechos y obligaciones así, como el reconocimiento de posibilidades y limitaciones afianzando la construcción del ejercicio de una autonomía responsable.

Si bien, la educación para la salud en las escuelas tiene una larga y variada trayectoria se ha insistido en la necesidad de un enfoque integral y de estrategias más innovadoras, basadas no en los factores de riesgo que presenta la comunidad escolar sino en los recurso o  activos que esta misma comunidad posee y  que incluyan: capacitación y actualización a los maestros; participación de los alumnos, los padres y la comunidad; servicios de salud acordes a las necesidades reales de la población escolar, promoción de hábitos saludables y el uso de metodologías educativas formales y no-formales dirigidas a potenciar las habilidades y destrezas ya existentes así como a desarrollar otras nuevas haciendo de la vida escolar una oportunidad para el desarrollo en salud.

Nos posicionamos desde el concepto y estrategia de “escuela saludable”   que se generó a partir de la Carta de Ottawa, que la reconoció como el espacio donde convergen las acciones intersectoriales e interdisciplinarias que buscan la formación integral de niños y niñas, quienes serán los responsables del desarrollo de la humanidad en los próximos años. Este modelo procura combinar elementos como la información y el desarrollo de habilidades y conocimientos, junto a otros tales como el desarrollo de ciudadanías activa y la participación en programas que busquen mejorar las condiciones de vida de los jóvenes.
Para conseguir estos objetivos debemos,  en primer lugar,  hacer evidentes las fortalezas de esta etapa de la vida. Es fundamental que los adolescentes sean reconocidos como un grupo de alto valor para el desarrollo de la sociedad e impulsar acciones que impacten en ellos como capital humano y actores protagonistas de su propio desarrollo, con derechos y capacidades para intervenir en su presente y lograr una participación activa en su propio destino y en el desarrollo colectivo. Esto implica, generar en los adolescentes  y en la comunidad, la necesidad de una participación y compromiso activos en la toma de decisiones, alentarlos a priorizar, establecer y definir los objetivos que contribuyan a la promoción de conductas saludables.


Metodología:

Se realizará una metodología participativa utilizando para ello el tejido de trabajo del centro de salud  (PIOBIN, Forma  joven), el del propio centro de enseñanza a través de sus órganos de participación (consejo escolar, AMPAS, consejos de alumnos), y de la comunidad en general  ( asociaciones de vecinos, patronato municipal de deportes, concejalía de bienestar social, participación ciudadana, universidad, etc.)

Los agentes implicados en esta intervención serán en la fase de planificación los profesionales sanitarios (pediatras, médicos de familia, profesionales de enfermería, psicólogos del equipo de salud mental infanto-juvenil y trabajadores sociales).

En la fase de ejecución, son los propios alumnos los protagonistas de las acciones. Desde la promoción de la salud hay que facilitar y apoyar las actividades que fomenten su participación, que tengan la posibilidad de comprender las consecuencias y repercusiones de sus opiniones y tomar decisiones a la altura de su edad sin tener el permanente ‘poder’ del adulto,  buscar estrategias de cómo profundizar en sus inquietudes y  preocupaciones; sin olvidar a los padres y los profesores, actuando los profesionales sanitarios simplemente como facilitadores  y prestando su apoyo en los procesos de educación para la salud buscando entre todos la comunicación social, las alianzas estratégicas, la intersectorialidad, la interdisciplinariedad, y el fortalecimiento de las redes sociales como herramientas de todo proceso de promoción de la salud escolar.

 El escenario de actuación será el colegio  y la comunidad en general, y los objetivos  de la intervención son:

1.       La educación afectivo-sexual: Es importante distinguir entre información sexual (transmisión de hechos y datos acerca de cómo funciona el cuerpo y cómo se pueden prevenir situaciones que a menudo se asocian o generan problemas de salud) de la verdadera educación para la sexualidad  cuyo objetivo es desarrollar y favorecer las aptitudes y actitudes en la interrelación entre las personas y desarrollar una sexualidad sana que promueva el conocimiento de sí mismo, la autoestima, la construcción de la identidad sexual, el respeto a la igualdad entre sexos, la afectividad y  el respeto mutuo.
2.       La promoción de hábitos saludables, entendiendo como tales una alimentación sana y equilibrada, con una promoción de la actividad física orientada a la salud junto con  la construcción de un ocio activo. La disminución del IMC se plantea como un objetivo a medio y largo plazo siendo nuestro objetivo  fundamental los cambios en el estilo de vida y la mejora de la autoestima y la autoimagen y las relaciones sociales con sus iguales.



Procedimiento:
Delimitamos tres etapas de trabajo:

1-Trabajo de campo:

En la primera etapa de un mes de duración hemos realizado un trabajo de campo previo  en el que mediante entrevistas a los adolescentes del colegio hemos podido conocer los activos para la salud que identifican los alumnos, los recursos comunitarios y personales que permiten logros, interacción social y autoimagen positiva.. Los contextos abordados fueron: factores personales, del grupo de iguales, familia, escuela y barrio.

ü  Factores personales destacan la presencia de habilidades sociales: capacidad de interacción, promover respuestas positivas en otros, empatía y comunicación con los demás, habilidades cognitivas: destreza para resolver problemas, planificación de tareas, buscar y usar recursos para conseguir ayuda y habilidades en el control de las emociones: reconocimiento de cambios de humor y  control de las emociones.
ü  El grupo es reconocido como un espacio de socialización, de contención y apoyo, en el que los adolescentes se sienten a gusto con sus iguales. Los vínculos de amistad se constituyen en un soporte muy valorado.
ü  La familia sigue siendo considerada como el principal ámbito de contención afectiva y apoyo social. Los adolescentes entrevistados reconocen como factores de protección la comunicación dentro de la familia, la comprensión y el apoyo, el cuidado y los límites así como la oportunidad de sentirse protagonistas y tener autonomía.
ü  La escuela también es reconocida como un ámbito positivo reconociendo como factores de protección el apoyo que reciben de algunos docentes, las acciones preventivas desarrolladas en la escuela, la formación en algunos valores, la posibilidad de fijar límites claros y firmes así como la enseñanza de habilidades de tipo cognitivo, afectivas y sociales.
ü  Y en último lugar el barrio es reconocido como un activo para la salud cuando es sentido como seguro y en él encuentran espacios donde reunirse con sus iguales y realizar actividades de ocio y ejercicio físico.

Se entrevistarán también los docentes y los padres a través de sus representantes en el AMPA para tener una visión más global de los recursos que ofrece la familia,  el entorno escolar y la comunidad.

Se realizará un diagnóstico de salud al principio y para monitorización y evaluación de la efectividad al final de la intervención  mediante la cumplimentación de una serie de cuestionarios entre el alumnado: el cuestionario Kidmed de adherencia a la dieta mediterránea, cuestionario de actividad física del programa Perseo, encuesta sobre conocimientos de hábitos saludables, cuestionario de autoestima, escala de autoeficacia generalizada, escala de empatía, escala para la evaluación de la expresión manejo y reconocimiento de las emociones, escala de apego a iguales, escala para la evaluación de habilidades sociales y la escala de percepción del clima y funcionamiento del centro.

Al mismo tiempo los alumnos serán pesados y tallados para conocer su IMC y el grado de normopeso, sobrepeso u obesidad.

2-Etapa de  capacitación de líderes:

En esta etapa de dos meses de duración, y según el resultado de las encuestas  y de las entrevistas  trabajaremos con un grupo de alumnos  en talleres de formación- capacitación de líderes promotores de salud (en número de 5-10) y talleres con docentes, educadores, y padres. El objetivo es  utilizar las habilidades, aptitudes y actitudes  de los alumnos con un alto sentido de la coherencia y unos hábitos  saludables consolidados para que asuman el protagonismo  a la hora de intervenir con el resto de los alumnos.

Se utilizarán en los talleres estrategias participativas buscando promover la producción grupal,  la reflexión conjunta acerca de la problemática adolescente y promoción de salud desde el ámbito escolar, así como de los factores identificados como promotores de salud.

3-Fase de paso a la acción:

 En esta fase, que durará el resto del curso escolar, se trabajará con el total de los alumnos implicados,  llevando a cabo la misma estrategia de participación.

Los alumnos se repartirán en grupos pequeños y  realizaremos talleres grupales y tutorías, que se irán modificando en función de las motivaciones e intereses de los participantes, con el objetivo de conseguir la adquisición de nuevos comportamientos, motivaciones, creencias, actitudes y valores, asociados a un mejor estilo de vida.

El grupo se convertirá en un  espacio propicio para expresar ideas y sentimientos en un ámbito de confianza y libertad, de igualdad de oportunidades para participar y asumir un rol protagonista, debatiendo ideas ante la toma de decisiones, incentivando la creatividad, potenciando un aprendizaje que contribuya a la elaboración de experiencias a través de la reflexión y comunicación de lo vivido en lo que respecta a las problemáticas específicas de la adolescencia y salud. Se aplicarán estrategias dirigidas a adquirir información acerca de la promoción de factores protectores (autoestima, autoeficacia, asertividad), uso saludable del tiempo libre, reconocimiento de potencialidades y fortalezas, desarrollo del pensamiento autónomo y crítico, reestructuración cognitiva, solución de problemas y toma de decisiones, valorización del sentido del humor, entrenamiento en habilidades sociales, y establecimiento de una escala de valores orientada al desarrollo personal y comunitario, asumiendo este espacio como un ámbito de contención, de aceptación y apoyo a partir del cual logran una mayor integración social estableciendo relaciones igualitarias con sus pares, estimulando el desarrollo de conductas saludables.

Los talleres serán conducidos por los líderes con el apoyo y asesoramiento de los profesores, orientadores, sanitarios y los padres.

Se han establecido objetivos para cada sesión  según  el área a tratar:

En los talleres de educación afectivo-sexual los principales objetivos son:
ü  El respeto a la voluntad y a la libertad del otro y hacia uno mismo
ü  Diferencia entre  interacción, vínculo y dependencia
ü  Asumir la responsabilidad sobre sus propias relaciones
ü  Diferencia entre afectividad, intimidad, sexualidad y genitalidad
ü  Prevención del maltrato sexual  trabajando con los adolescentes como posibles víctimas y posibles agresores
En este apartado, además de los talleres psicoeducativos, hemos pensado realizar visualización de películas, lecturas de artículos y capítulos de libros, así como teatralizaciones de los propios alumnos, que nos sirva para reflexionar entre todos sobre el comportamiento afectivo-sexual de esas experiencias y ejercitar la resolución de problemas.

Talleres sobre hábitos saludables:
ü  Pirámide de la alimentación sana y equilibrada
ü  Clasificación de los alimentos por grupos: libres, ligeros, pesados y megapesados
ü  Importancia del desayuno
ü  La dieta mediterránea
ü  Diferencia entre “hambre física” y “hambre emocional”
ü  Como prevenir los atracones
ü  Mejorando la autoestima y la autoimagen
ü  Importancia de la actividad física en nuestra salud: desarrollar un profundo entendimiento de por qué es necesario comprometerse con una vida físicamente activa.
ü  Construyendo un ocio activo: buscar oportunidades adicionales de acumulación diaria de la adecuada cantidad de actividad física apropiada para su edad a partir de otras opciones fuera del programa de educación física.

Además de transmitir información realizaremos otras actividades que faciliten refuercen y predispongan a realizar conductas saludables en consenso con los alumnos como pueden ser:
ü  Concurso de recetas de frutas
ü  Elaboración de recetas tradicionales de la cocina mediterránea con el apoyo de los abuelos
ü  Concurso “máster chef infantil con el apoyo de los alumnos de la escuela de hostelería

Estas actividades serán voluntarias y se irán ofreciendo según los intereses y demandas que surjan en los talleres. Se realizarán en el colegio con el apoyo del AMPA, las asociaciones de vecinos, asociaciones juveniles, etc.

En cuanto a la promoción de la actividad física basaremos nuestra intervención en el estudio MOVI-2  que es un programa de actividad física recreativa y no competitiva, basada en el juego, y adaptada al nivel de desarrollo de los niños de los últimos cursos de Educación Primaria. Incluye juegos de iniciación deportiva (baloncesto, balonmano, voleibol, etc.), deportes alternativos (hockey, ultímate, beisbol, etc.), juegos populares y tradicionales (escondite, cara y cruz, el pañuelo, etc.), juegos con material alternativo (indiacas, paracaídas, etc.), actividades en el medio natural (juegos de rastreo y pistas, gymkanas, bicicletas, etc.) y juegos con música (bailes, danza, circuitos, etc.). El objetivo inmediato del programa fue aumentar el tiempo de actividad física semanal desarrollando los componentes de la condición física relacionados con la salud (resistencia aeróbica, fuerza muscular, velocidad-agilidad y flexibilidad).

Cada semana se realizaran dos sesiones de 90 minutos en dos días lectivos en horario extraescolar, y una sesión de 150 minutos el sábado por la mañana.

El objetivo fundamental del programa es disminuir el sedentarismo y aumentar la actividad física saludable y los objetivos específicos son:

ü  Desarrollar la práctica del deporte como recreación, divertimento y complemento fundamental de la formación integral.
ü  Fomentar adquisición de hábitos permanentes de actividad física y deportiva, como elemento para su desarrollo personal y social.
ü  Organizar actividades físico-deportivas adecuadas a la edad y necesidades, en consonancia con su desarrollo físico y biológico, primando los aspectos de promoción, formativos y recreativos, ocupando parte del tiempo de ocio de manera activa, lúdica y divertida. Incrementar la participación de las niñas en actividades físicas y deportivas.
ü  Hacer de la práctica deportiva un instrumento para la adquisición de valores tales como la solidaridad, la colaboración, el diálogo, la tolerancia, la no discriminación, la igualdad entre sexos, la deportividad y el juego limpio.
ü  Promover la implicación y activa participación de las familias para el desarrollo del Programa, a través de las Asociaciones de Padres y Madres.
ü  Impulsar la activa participación de los profesionales de los Centros de Salud como agentes activos en la promoción de la actividad física saludable en la población infantil y juvenil.
ü  Promover que las instalaciones deportivas escolares (Centros de Primaria y de Secundaria) puedan ser utilizadas por el alumnado en horario no lectivo y durante toda la semana, incluyendo los fines de semana.

Se utilizará una metodología: Lúdica (el juego esa la vez que un recurso una metodología en sí mismo), activa (el niño desarrolla su actividad en función de sus capacidades, intereses y necesidades), flexible, (ajustándose a cada niño en particular y respetando cualquier respuesta), participativa  (a través del trabajo en equipo fundamentalmente y evitando la competitividad, integradora, (sin distinción de sexo o cualquier otro vínculo discriminatorio), natural y cercana (para que el alumno valore las posibilidades que les ofrece su entorno) y motivadora, buscando generar el hábito de la actividad física como fuente de satisfacción.

Los encargados de llevar a cabo este programa serán alumnos de la facultad de ciencias de la educación y alumnos de la facultad de ciencias de la  educación física y deporte con el apoyo de los profesores de educación física del colegio.


Evaluación y seguimiento del programa:

Los indicadores de evaluación cuantitativos y cualitativos establecidos son  los siguientes:
ü  Valoración de los cuestionarios que se realizaron al inicio de la intervención
ü  Número de niños que se inscriben en cada una de las acciones programadas.
ü  Asistencia y continuidad de los niños inscritos en cada una de las actividades.
ü  Encuesta de satisfacción de los alumnos,  los padres, los docentes  y monitores que han llevado a cabo la intervención.